Aunque la agricultura regenerativa ha sido aclamada como la nueva frontera ecológica, no todos
están convencidos. Se ha levantado una ola de críticas por la falta de definición clara, estándares
regulados y la posibilidad de que el término “regenerativo” se use como etiqueta de marketing.
Un informe de la Food and Land Use Coalition (FOLU) advierte que muchas empresas usan
“regenerativo” de forma vaga, lo que podría llevar a greenwashing (“lavado verde”). No hay una
definición única ni un marco legal universal que diga exactamente qué prácticas califican como
regenerativas, lo que deja mucha libertad para interpretaciones amplias.
La Agencia de Normas Publicitarias del Reino Unido (ASA) también ha advertido sobre afirmaciones
engañosas por parte de marcas que usan “regen ag” con fines comerciales. Según la ASA,
estas afirmaciones pueden ser poco más que marketing superficial si no están respaldadas por
auditorías independientes.
¿Qué dicen los defensores del modelo orgánico?
Organizaciones vinculadas a la agricultura orgánica han expresado preocupación. Por ejemplo, la
IFOAM Organics Europe ha publicado un documento donde señala que el uso libre del término
“regenerativo” puede desvirtuar tanto la agricultura regenerativa como la orgánica.
Entre los puntos clave:
- En muchas certificaciones regenerativas no se prohíben pesticidas sintéticos ni organismos
genéticamente modificados (OGM), lo que rompe con los principios orgánicos más tradicionales. - La ausencia de regulaciones públicas obliga a depender de sellos privados, que pueden
variar enormemente en rigor. - La orgánica, por su parte, cuenta con una trayectoria probada y auditorías regulares: sus
estándares están bien definidos.
Reacción del movimiento regenerativo
Algunos líderes del agro regenerativo aceptan los riesgos, pero plantean que no todos los modelos
regenerativos deben comenzar desde cero. Un ejemplo: la Regenerative Organic Alliance (ROA)
lanzó una iniciativa llamada Journey to ROC, que permite que granjas con prácticas regenerativas
menos avanzadas entren a un camino de mejora gradual y finalmente obtengan la certificación
más rigurosa (ROC).
Christopher Gergen, CEO de ROA, ha dicho que el desafío no es solo incentivar la regeneración,
sino también mantener la integridad del término. El programa Journey to ROC busca precisamente
evitar las afirmaciones superficiales y asegurar una transición genuina.
¿Corre el riesgo de ser solo una tendencia?
Este debate entre regenerativo y orgánico no es simplemente semántico: toca el corazón de lo que
significa producir de forma ecológica y ética. Si “regenerativo” se convierte en otra etiqueta de
moda, se corre el riesgo de diluir el valor real del suelo saludable, de la biodiversidad y del compromiso
social.
Por otro lado, la rigidez de la certificación orgánica también puede ser una barrera para muchos
agricultores, especialmente pequeños, que no pueden cumplir todos los requisitos desde el inicio.
Aquí, la regeneración puede ofrecer una vía más flexible, siempre que haya estándares creíbles.
El futuro debería apuntar a un terreno común: prácticas regenerativas con credibilidad, transparencia
y responsabilidad. Sin ello, corremos el riesgo de que la regeneración se quede en palabras
bonitas, más que en acción real.
Fuentes:
- Informe de FOLU sobre riesgo de greenwashing en agricultura regenerativa. (FoodNavigator.
com) - ASA doubles down on risk of greenwashing with misleading ‘regen ag’ claims (FeastMagazine)
- Posición de IFOAM Organics Europe sobre la confusión entre “orgánico” y “regenerativo”.
(OF&G ORGANIC Newsletter) - Regenerative Organic Alliance Launches New Initiative To Reduce Greenwashing And Scale
Regenerative Agriculture (Forbes) - Beyond greenwashing: 5 key strategies for genuine sustainability in agriculture (World Economic
Forum) - As regenerative agriculture gains momentum, report warns of “greenwashing” (Environmental
Health Sciences) - Can regenerative agriculture deliver? (Innovation for Agriculture)


