En un país donde la cerveza artesanal es un fenómeno cultural y económico, una campaña reciente está
empujando a las cervecerías a replantear el origen de sus ingredientes básicos: cebada, lúpulo y malta.
Beyond Pesticides, organización estadounidense dedicada a reducir el uso de plaguicidas, lanzó a
comienzos de noviembre de 2025 una iniciativa nacional para que las cerveceras “transicionen a ingredientes orgánicos”, argumentando riesgos para la salud de trabajadoras y trabajadores agrícolas, para la biodiversidad y para la calidad del producto.
La propuesta no es inocua desde el punto de vista productivo: los suministros de lúpulo y cebada orgánica son todavía limitados en muchas regiones, y los rendimientos orgánicos pueden ser variables frente a condiciones climáticas adversas. Sin embargo, la demanda de consumidores por productos “más limpios” y trazables impulsa a empresas a explorar cadenas de suministro regenerativas y orgánicas.
¿Por qué ahora?
La respuesta tiene dos capas: por un lado, la preocupación por residuos de pesticidas en materias
primas y el impacto sobre polinizadores y agua; por otro, la oportunidad de mercado. Un segmento
creciente de consumidores está dispuesto a pagar una prima por cervezas que certiquen prácticas agrícolas responsables. Así lo señalan operadores y periodistas del sector cervecero, que ven en la sostenibilidad un elemento de marca y un criterio de supervivencia para pequeñas fábricas frente a gigantes del mercado.
El movimiento, promovido por organizaciones sociales, también plantea retos laborales y logísticos. Pasar
a insumos orgánicos implica crear relaciones directas y de largo plazo con agricultores certicados, invertir en almacenamiento diferenciado para evitar la contaminación cruzada y adaptar recetas y procesos cuando cambian parámetros de malta o lúpulo. Para muchos productores, la transición exige acompañamiento técnico y financiero; por eso, campañas como la de Beyond Pesticides no solo piden cambio de proveedores, sino apoyo para construir esas cadenas.
Una ventaja práctica es que algunas redes agrícolas ya están articulando grupos de productores interesados en abastecer la industria cervecera. Los agricultores que adopten prácticas libres de pesticidas
pueden acceder a mercados premium, contratos estables y, eventualmente, a programas de apoyo público o privado que faciliten la conversión orgánica. Desde una mirada conservadora pero propositiva, es una transición que conserva el ocio y la calidad, pero lo adapta a nuevas exigencias ambientales y sociales. Si se logra, el resultado puede ser una industria más sólida, más justa y más el a la idea de que un buen producto comienza en un suelo sano.
Fuentes
- “National Campaign Urges Breweries to Transition to Organic”.(Beyond Pesticides)
- How Craft Beer Is Turning the Tables as Pesticide Risks Mount. (The Brewer Magazine)


