Se posiciona como una de las pocas compañías a nivel global en contar con este tipo de tecnología en un estadio comercial es una de las Promesas Forbes. Quiénes están detrás, cuáles son los alcances de su solución y qué proyecciones tienen de cara al futuro.
DeepAgro nació para resolverle un problema a mi viejo”, reconoce Juan Manuel Baruffaldi, actual CEO de la compañía que permite mejorar la eficiencia y la productividad de los productores agropecuarios.
En 2017, Baruffaldi ya había fundado Desafiar, un emprendimiento educativo que les permitía a jóvenes estudiantes aprender conceptos de administración de empresas a través de un videojuego, entrenándolos para ser emprendedores. Pero el foco en el agro, y sobre todo en solucionar los problemas que tenía su padre como productor, surgió como idea para presentar la tesina de su carrera de grado, la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. “En 2018, al lograr un algoritmo de reconocimiento funcional que diferenciaba la maleza del cultivo de soja, empecé con la búsqueda para crear el dispositivo”, explica.
Fue en esta instancia que se sumaron Iván Regali y Marcos Mammarella, hoy CCO y CSM, respectivamente, y quienes potenciaron la aplicación del algoritmo. Para 2019 la necesidad estaba en la mejora del software y el desarrollo de la Inteligencia Artificial, y se incorporaron Ignacio Cavalieri (CTO) y Juan Ignacio Cornet (CRO) para cerrar el quinteto que hoy lidera esta agrotech que ya tiene su primer producto: SprAI, una tecnología de aplicación selectiva que diferencia las malezas del cultivo y aplica productos solo en los lugares que corresponde logrando ahorros de hasta un 90%. “Esto equivale a una reducción de costos de US$ 45,70 litros menos de agua y 0,5 kilogramos menos de uso plástico por hectárea por año”, asegura el CEO y agrega que actual – mente sus clientes ahorran, en promedio, US$ 100.000 por año: “Sí, ahorran el valor de un departamento”.
DeepAgro se posiciona como una de las pocas compañías a nivel global en contar con este tipo de tecnología en un estadio comercial. “Nuestro dispositivo SprAI está compuesto por una cámara RGB y nuestro software de reconocimiento, que funciona sobre barbecho (sin cultivo), cultivo de soja y maíz tanto en siembra directa como en tierra labrada, accionando en tiempo real picos eléctricos para aplicar el herbicida solo sobre la maleza”, describe Baruffaldi.
Según indican desde DeepAgro, a nivel mundial se invierten más de US$ 37.00 millones en herbicidas por año, de los cuales la mitad se desperdicia, porque se aplica donde no corresponde. “Lo increíble es que estos herbicidas se aplican de manera uniforme en todo el lote, independientemente de la existencia o no de malezas, por lo que su uso es cada vez más ineficiente, costoso y perjudicial para el medioambiente y la salud humana”, analiza Baruffaldi, por lo que la solución no solo genera una diferencia en el resultado del negocio, sino también en el impacto ambiental, ahorrando hasta un 70% de agua y previniendo enfermedades que ocasionan los agroquímicos.
“A esto se suma que son cámaras de alta resolución que sensan todo el lote del productor viendo milímetro a milímetro lo que pasa. Con esa información DeepAgro puede generar nuevas soluciones que mejoren la eficiencia y productividad del productor”, agrega.
Los primeros clientes fueron compañías grandes de Argentina. “Las más importantes y que por lo general son los early adopters del agro”, sostienen desde DeepAgro. La monetización viene por la venta de los dispositivos, por metro de instalación y luego una licencia anual por el uso de la IA. Hasta el momento vendieron 30 equipos en solo dos años desde que comenzaron su etapa comercial en 2022. “Uno de los principales desafíos fue poder escalar la cantidad de equipos de forma masiva y accesible, es decir, con financiamiento y ser – vicio posventa”, reconocen.
Entre los próximos pasos se encuentra el trabajo en nuevas unidades de negocios de IA aplicada al agro, la ampliación del equipo que actualmente es de unas 30 personas y la llegada a Brasil. Baruffal – di lo subraya: “Es el gran próximo paso”.
Datos para destacar
AÑO DE FUNDACIÓN: 2017
INVERSIÓN INICIAL: US$ 800.000
FACTURACIÓN 2023: US$ 3,6 MILLONES
FACTURACIÓN 2024 (P): US$ 7 MILLONES
Fuente: Lucila Lopardo por Forbes Argentina