La detección y el control de plagas es uno de los aspectos que más preocupan a los inspectores en el sector alimentario, ya que la cantidad de patógenos que las plagas pueden transmitir es elevada. Existen una gran variedad de plagas que pueden afectar a los negocios de la industria alimentaria en cualquiera de sus etapas de producción.
Las plagas representan una gran amenaza para la higiene y la inocuidad en los procesos de la industria de alimentos, debido a que son transmisoras de enfermedades y facilitan la propagación de todo tipo de bacterias, virus y gérmenes perjudiciales para la salud de los consumidores.
Las pérdidas de alimentos por el control ineficaz de plagas aumentan significativamente la emisión de CO2, agudizando los problemas ambientales. En ese sentido, tomar medidas pertinentes es fundamental para prevenir la contaminación por plagas a lo largo de la producción, almacenamiento y distribución de los productos.
Tipos de plagas en la industria alimentaria
Dependiendo del clima, la geografía y la naturaleza de la materia prima utilizada, existen diferentes tipos de plagas en las instalaciones operativas de alimentos. Las más comunes dentro de este sector pueden ser:
- Roedores: Este tipo de plaga generalmente ingresa a las instalaciones a través de orificios o grietas para roer, alimentarse y reproducirse. Además de ser un peligro directo para la salud y la seguridad, pueden dañar equipos costosos, contaminar los alimentos y causar incendios eléctricos.
- Moscas: Son una plaga difícil de controlar ya que aumentan rápidamente la población llegando a ser un verdadero problema de contaminación de alimentos y materiales de embalaje.
- Cucarachas: Son vectores de varias especies bacterianas como la Salmonella y E. coli. Les gusta vivir en la oscuridad de las cajas de cartón o en áreas de procesamiento. Pueden desencadenar alérgenos y causar síntomas de alergia.
- Escarabajos: Son insectos de alimentos almacenados cuya principal atracción es la luz blanca. Deterioran los productos terminados, las materias primas y los alimentos con pupas de insectos, mudas de piel, heces, partes del cuerpo y telarañas.
- Polillas: Son una verdadera preocupación para las industrias procesadoras de alimentos. Si no se controlan eficazmente, pueden generar grandes pérdidas y desperdicios.
Los insectos pueden propagar enfermedades de transmisión alimentaria como: Salmonella Typhimurium, Poliomielitis y Entamoeba histolytica, entre otras. Foto: Freepik
Normativas para el control de plagas
Norma IFS Food
La norma IFS Food establece que las empresas certificadas deben tener implantado un sistema de control de plagas. Entre otras medidas, este sistema debe incluir la identificación de plagas potenciales en el entorno de la fábrica, los biocidas aplicados, el mapeo de las estaciones de cebo, la frecuencia de las inspecciones o la definición de las responsabilidades externas e internas.
La versión más reciente de esta normativa indica que para diseñar las medidas incluidas en el sistema de control de plagas se deben tener en cuenta el tipo de materias primas y productos finales presentes en las instalaciones.
Además de los diseños de construcción de la planta susceptibles a la actividad de organismos plaga, como techos, sótanos, tuberías o esquinas, y por último, el control de plagas en los almacenes alquilados, si aplica.
Si bien las empresas alimentarias pueden contratar a proveedores de servicios externos, la responsabilidad de las acciones necesarias, incluida la supervisión continua de las actividades de control de plagas, permanece dentro de las empresas. Esto implica la capacitación del personal propio para supervisar de forma continua las medidas de control de plagas.
Norma BCR
La versión más reciente de esta norma incluye el cambio del término control de plagas por el de gestión de plagas. No está claro porqué se ha realizado este cambio, aunque sí es cierto que la industria prefiere actualmente utilizar el término gestión de plagas. Ya que implica un enfoque más holístico de la gestión del medio ambiente para prevenir problemas de plagas, en lugar de simplemente controlarlas cuando surge la infestación.
Entre los artículos 4.14.1 al 4.14.12 la norma se refiere que cuando se detecte actividad de plagas, esta no deberá representar un riesgo de contaminación para los productos, materias primas o envases.
Cualquier infestación del establecimiento deberá documentarse en un registro que formará parte de un programa eficaz de control de plagas para eliminar o gestionar dicha infestación, de manera que no presente riesgos para los productos, materias primas o envases.
El establecimiento deberá contratar los servicios de una empresa competente en gestión de plagas, o bien contar con personal debidamente formado para realizar inspecciones y tratamientos regulares de las instalaciones con el fin de prevenir y erradicar infestaciones. Se colocarán y se mantendrán cebos y otros dispositivos de vigilancia y control de roedores en puntos adecuados para evitar el riesgo de contaminación a los productos.
GFSI
El control de plagas en instalaciones con certificación orgánica requiere un enfoque especializado para tener en cuenta la naturaleza orgánica del producto. Así como las instalaciones no orgánicas deben protegerse de las plagas, también las instalaciones orgánicas certificadas. Las instalaciones orgánicas certificadas simplemente están protegidas de una manera diferente.
De acuerdo con GFSI, se necesita un socio que sepa cómo crear un programa de Manejo integrado de plagas (IPM) personalizado para su instalación y adaptado a las necesidades de una instalación orgánica certificada.
IPM se enfoca en ayudar a prevenir las condiciones que atraen plagas en primer lugar. Esta filosofía encaja de la mano con la producción ecológica. Para mejorar ese programa, su control de plagas debe ofrecer servicios y productos sostenibles que respalden los esfuerzos para disminuir el impacto ambiental.
Es muy importante realizar periódicamente el mantenimiento preventivo de los equipos en la planta de alimentos. Foto: Freepik
Importancia de controlar las plagas
Las plagas son un riesgo para la salud y representan un gran peligro cuando invaden instalaciones en donde se manipulan alimentos. En alimentación masiva las plagas pueden propagar brotes de enfermedades que pueden ser mortales.
Todos los establecimientos de la industria de alimentos y el sector Horeca tienen la responsabilidad de cuidar la salud de los consumidores a través de la implementación de un programa de control de plagas.
Además de ser una amenaza para la salud de los consumidores, las plagas también pueden ocasionar algunos de los siguientes problemas:
- Dañar las instalaciones y equipos. Los animales pueden morder cables eléctricos e incluso formar sus nidos al interior de la maquinaria y equipo. Este es un grave problema que puede ocasionar grandes pérdidas económicas.
- Arruinar los alimentos. Las plagas pueden contaminar de muchas maneras los alimentos y generar desperdicios.
- Afectar la reputación del negocio. No hay nada más grave para la imagen de cualquier negocio de la industria de alimentos que la presencia de plagas en el local o en la comida.
- Provocar el cierre de la planta. Cuando hay presencia de plagas y el establecimiento no implementa un programa de control de plagas eficiente, las autoridades sanitarias pueden cerrar definitivamente el negocio.
Autor: Guillermina García
Fuente: The FOOD TECH